Las Smart Cities son una tendencia en auge, funcionan a través de una plataforma habilitadora que brinda servicios avanzados para entidades y residentes, lo que ayuda a cerrar la brecha digital y brindar una mejor calidad de vida para todos.

En este artículo te contamos cuáles son los retos que pueden interponerse en tu camino y de qué forma pueden las Smart Cities hacer frente a estos para conseguir beneficiar a todas las partes involucradas.

¿Cuál es su finalidad?

El objetivo de las Smart Cities es promover una infraestructura básica y ofrecer una calidad de vida digna a sus ciudadanos, un sistema sofisticado de seguridad, un medio ambiente limpio y sostenible y la aplicación de soluciones ‘inteligentes’ que mejoren el funcionamiento y la eficiencia de la ciudad.

Las ciudades utilizan este tipo de herramientas para recopilar datos en tiempo real sobre todo tipo de cosas, incluido el tráfico, la calidad del aire y del agua y la radiación solar. Con esta información, el gobierno puede actuar de inmediato resolviendo problemas e incluso anticipándose a los ayuntamientos o empresas.

Algunos de los proyectos de ciudades inteligentes más comunes incluyen iluminación inteligente, sistemas de transporte inteligentes y medición de servicios públicos inteligentes para la electricidad y el agua.

Sin embargo, cada ciudad y cada parte involucrada tiene requisitos únicos y diferentes interpretaciones de conceptos de implementación. Esto plantea varios retos a la hora de hacer estas ciudades realidad.

Desafíos presentes

  • Falta de fondos: a medida que las ciudades buscan mejorar su infraestructura con tecnologías inteligentes, pagar por esos proyectos presenta un reto importante al introducir tecnologías inteligentes a gran escala. Asegurar la financiación para iniciar el proyecto y garantizar que haya recursos suficientes para sostener el proyecto a lo largo del tiempo requiere una inversión importante.
  • Gobernanza: la aplicación de estos proyectos a gran escala suponen una larga serie de acuerdos en tema de legislaciones y políticas. La necesidad de contar con actores privados o asociativos que colaboren en la financiación de los proyectos crea una capa adicional entre la ciudadanía y los actores tradicionales en la administración de la ciudad. Esto suma aún más procesos burocráticos y posibles conflictos de intereses entre los sistemas existentes de las ciudades inteligentes.
  • Falta de infraestructura y mano de obra: las infraestructuras urbanas juegan un papel crucial en los proyectos de Smart City. Dependiendo de la infraestructura existente en sistemas de energía, agua y transporte entre otros, se podrá formular un proyecto requiriendo mayor o menos tiempo de inversión. Además, es necesaria mano de obra capacitada para transformar infraestructuras urbanas en infraestructuras Inteligentes, lo cual supone aún más tiempo e inversión.
  • Seguridad digital: en las ciudades inteligentes, la interrelación entre lo público y lo privado es posible gracias al flujo de datos. Este flujo debe ser fluido y eficiente, pero deben controlarse posibles fallos de ciberseguridad y privacidad además de enmarcar los principios de respeto a la privacidad y libertad personal. Si la frecuencia de lectura de datos de los individuos con la que se miden todos los aspectos de la ciudad permite reconstruir la intimidad de la vida de las personas, esta innovación presenta un riesgo evidente en términos de respeto a la libertad personal.
  • Cultura ¿se adaptan al contexto de cada ciudad? no existe una fórmula para todas las ciudades, cada una tiene una cultura y un funcionamiento diferente por lo que adaptarse es necesario. No todas las ciudades tienen el mismo nivel de desarrollo, infraestructura y políticas de financiación, por lo que la adopción de tecnología puede variará de diversas formas. Esto significa que no siempre es posible confiar en otros proyectos probados de ciudades inteligentes para actuar como un modelo para el éxito de otras.
  • Desconfianza de los ciudadanos: existe confusión a nivel general sobre lo que se supone que son las ciudades inteligentes. Esta confusión nubla la comprensión del público sobre las ventajas que ofrecen las ciudades inteligentes. El resultado es miedo y desconfianza, que inhiben a los municipios de implementar reformas significativas y beneficiosas. Los ciudadanos están preocupados por lo desconocido, en especial por motivos como la privacidad de sus datos personales o el sentimiento de estar vigilados constantemente.
  • Conectividad de red y capacidad de datos:debido al volumen cada vez mayor de sensores y sus datos, la tecnología de conectividad robusta es un requisito para el éxito. Muchas de las redes de las ciudades importantes no proporcionan suficiente cobertura para admitir incluso las aplicaciones de ciudades inteligentes más simples. Sin una cobertura potente en toda la ciudad, el éxito de un proyecto de este tipo es más que improbable.
  • Soluciones independientes: Aún falta mucha información y conocimientos para saber cómo lograr ser una Smart City, pues la clave es la interoperabilidad. En una Smart City, todo debe estar interconectado y todas las partes deben trabajar en común. La involucración de diferentes actores en estos proyectos crea la necesidad de contar con plataformas comunes entre los socios para facilitar el intercambio de datos y lograr una comunicación efectiva que beneficie a las ciudades.

 

¿Cómo responder a los desafíos?

Cambios en la organización

Limitadas por presupuestos ajustados, las ciudades necesitan identificar modelos de negocio que atraigan financiación privada para lograr asociaciones público-privadas y que la introducción sea viable y financiable.

Además, debe suceder un cambio en el estilo de gestión tradicional de las administraciones de las ciudades. Este nuevo estilo debe introducir la colaboración abierta, la estandarización de procesos y el intercambio de datos entre los organismos municipales.

Alineando los múltiples departamentos de la ciudad y las partes interesadas en un terreno común, y permitiendo la interoperabilidad y el intercambio de datos entre ellos, se logrará una comunicación más eficiente y se reducirán los bloqueos tanto financieros como burocráticos, permitiendo que las ciudades inteligentes logren sus objetivos.

Invertir en infraestructura

La tecnología de las ciudades inteligentes puede proporcionar a los gobiernos de las ciudades una gran reserva de infraestructura que les ayude a soportar y superar problemas como los actuales en el futuro. Invertir en profesionales con experiencia en las diferentes áreas y formarlos específicamente para los proyectos de infrastructura inteligente será la forma de capacitarlos para desarrollar una Smart City con éxito.

Por otro lado, debe invertirse en un volumen cada vez mayor en sensorizar las distintas partes de la ciudad y de las empresas para obtener los datos, pues la tecnología de conectividad robusta es un requisito para el éxito del proyecto Smart City. Por este motivo es necesario invertir en una solución que te permita gestionar todos estos datos de forma eficiente.

Estudiar la situación de cada ciudad

Es importante no confiarse basándose en otros proyectos probados de ciudades inteligentes para actuar como un modelo para el éxito. Hay que hacer un estudio exhaustivo de cada ciudad por individual y un proyecto personalizado para entender y poder satisfacer las necesidades únicas de cada ciudad.

Transparencia con los ciudadanos

Para ganarse la confianza de los ciudadanos, deben ser partícipes de lo que está sucediendo en cada momento, los beneficios que va a traer y los cambios que van a presenciar. Deben establecerse reglas transparentes creadas con la guía de expertos y la comunidad que protejan la privacidad, la seguridad y la equidad de los ciudadanos. Tener plena transparencia del proyecto es el punto inicial para ganarse su confianza.

Las Smart Cities son el futuro

Las Smart Cities buscan mejorar la vida de las personas en aspectos tan básicos como la eficiencia de las políticas, la reducción del desperdicio y los problemas cotidianos, la mejora de la calidad social y económica y la maximización de la inclusión social de sus habitantes. Pero para que esto suceda, debe trazarse un camino informado y prudente para convertirse en una ciudad verdaderamente inteligente.

La cobertura y confiabilidad en toda la ciudad es la clave para lanzar cualquier programa exitoso de ciudad inteligente. Ya existen numerosas ciudades, como Oslo o Nueva York entre ellas, que han avanzado mucho en cuanto a políticas de apoyo, seguridad digital y conectividad mejorada. Pero aún queda un largo camino por delante.

 

Tu camino hacia una Smart City con Nexus Integra

Nexus Smart City es una solución que permite la gestión centralizada de todos los servicios de la ciudad, para que se convierta en un entorno seguro, conectado y sostenible.

Te facilita la visualización, el análisis y la gestión de los servicios de tu ciudad y/o edificio inteligente de forma integral para que desarrolles un sistema modular y escalable que sea capaz de cubrir cualquier necesidad.

Algunos de sus beneficios son los siguientes:

  • Mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
  • Aumentar la eficiencia y sostenibilidad.
  • Trabajar con una plataforma abierta e interoperable.
  • Involucrar a todos los agentes de la ciudad: Hospitales, Colegios, Transporte, Departamentos de IT, etc.

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