Actualmente la mayoría de propietarios desconocen a ciencia cierta la energía que consume un edificio por año y por metro cuadrado. Los datos te sorprenderían y aquí coincidimos con la famosa frase de William Thomson Kelvin: «Lo que no se mide, no se puede mejorar». El gasto de gas o electricidad de un edificio tradicional se visualiza en el momento de recibir la factura posterior a la consumición. En dicho momento no es posible gestionar ninguna medida ahorrativa, sino únicamente de desembolso. Esta es una de las grandes diferencias que existe respecto a los edificios inteligentes o Smart Buildings, donde se controla en tiempo real el consumo de cualquier fuente de energía y se pueden tomar acciones inmediatas que repercutirán sobre el consumo final.
La eficiencia energética en edificios busca implementar soluciones eficientes para conseguir reducir al mínimo el consumo de energía, sin sacrificar el confort de los usuarios en sus actividades diarias, con el principal objetivo de disminuir la factura energética y el impacto ambiental.
¿Cómo calcular la eficiencia energética de un edificio?
La eficiencia energética de un edificio se calcula midiendo la energía que se consume durante un año en condiciones normales de funcionamiento y ocupación. La consumición de energía se expresa en kilovatios hora por metro cuadrado (kWh/m2 año)
Según la “Metodología de Cálculo de la Calificación de Eficiencia Energética” del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el indicador energético principal será el correspondiente a las emisiones anuales de CO2, indicadas en kg por m2 de superficie útil del inmueble. Cabe destacar que existen otros indicadores complementarios tales como el uso anual de energía primaria no renovable, la demanda energética de calefacción y de refrigeración.
Con base en el cálculo de eficiencia energética se obtiene el certificado energético de un edificio, cuya calificación se expresa de A a G. Siendo A la máxima valoración, que equivale a un inmueble eficiente que consume hasta un 90% menos de energía en comparación con una que esté catalogada con el nivel más bajo.
¿Cómo influye el diseño de la construcción?
El primer paso para lograr eficiencia energética en edificios es analizar minuciosamente la arquitectura y diseño, esto incluye la orientación del inmueble, el impacto del sol, el viento y la humedad. A nivel estructural, se debe de examinar:
- El aislamiento de fachadas, paredes, techo y suelo.
- El tipo de ventanas, idealmente se debe de utilizar doble acristalamientos para evitar pérdidas de calor.
- Marco hermético de las puertas.
- Las posibles pérdidas de calor en el edificio.
- El despilfarro del agua y también de iluminación, cámaras de seguridad o cualquier equipo electrónico.
Acciones para mejorar la eficiencia energética en un edificio
Es necesario implementar un conjunto integral de medidas para mejorar la eficiencia energética en un edificio, algunas acciones a tomar en cuenta son:
- Mantenimiento preventivo periódico del sistema de climatización y calefacción. Una caldera mal regulada puede provocar un despilfarro de energía y dinero
- Renovación de los sistemas relacionados con la energía contemplando la vida útil de los activos. Por ejemplo, con un buen mantenimiento una caldera puede llegar a los 10-15 años de vida útil, dependiendo del modelo.
- Implementación de energías renovables como la fotovoltaica, mediante paneles solares.
- Utilización de bombillas LED que consumen menos energía y prácticamente no generan calor.
- Digitalización del edificio para una gestión energética optimizada.
La concienciación en el uso de los recursos energéticos por parte de los usuarios tiene un rol fundamental. Al consumir mejor, se consume menos energía. La consciencia del impacto ambiental de sus acciones cotidianas es vital para consumir energía racional y cuidadosamente. Sin embargo, no resulta conveniente depender de la autogestión de las personas ya que, dependiendo de su trajín, pueden omitir actividades de ahorro energético como apagar la luz o el aire acondicionado al acabar la jornada laboral, por ejemplo.
Soluciones tecnológicas para el control en tiempo real
Actualmente, es posible implementar soluciones tecnológicas para la gestión y control de los procesos que requieren consumo energético en un edificio. De esta manera es posible transformar edificios tradicionales en inteligentes. Estas soluciones están basadas en Big Data, utilizando dispositivos de sensórica que conectan los activos de un edificio a una plataforma digital en tiempo real.
Automatizar procesos energéticos repetitivos en un edificio, permitirá optimizar el rendimiento energético y disminuir significativamente el gasto en electricidad o gas.
Los edificios inteligentes ya pueden controlar desde una sola plataforma digital los diferentes activos que consumen energía:
- Climatización de las estancias: en función de la temperatura exterior, se autorregula la temperatura del interior del edificio. Y no es que la gestión de temperatura sea algo novedoso, sino que ya es posible controlar todas las plantas de un edificio de forma centralizada con estas nuevas tecnologías.
- Sistemas de riego: para la monitorización, automatización de riego basada en horas e incluso en la humedad en tiempo real que reporten los sensores. Esta aplicación es de gran utilidad en campos de golf, de fútbol y otras instalaciones deportivas que necesiten un control minucioso y optimizado.
- Iluminación: encendido de bombillas obedeciendo la cantidad de luz natural o por franja horaria de actividades en oficinas, ayuntamientos, fábricas, etc. También es posible la gestión manual desde la plataforma sobre las diferentes áreas del edificio que se estén monitorizando.
- Energía fotovoltaica: además de la red eléctrica, se puede controlar en qué medida se hace uso de esta energía en aquellos edificios que la implementen. Esto permitirá obtener mayor rendimiento priorizando la energía renovable sobre la eléctrica convencional para un mayor ahorro en consumo y costes.
- Mupis informativos: en ayuntamientos u hospitales tiene un gran aprovechamiento, se gestionan de forma eficiente los paneles informativos. Activándolos según horario o aforo existente en la sala en un determinado momento.
- Estación de carga de vehículos: control en tiempo real de los puntos de carga de forma centralizada. Además, analizando datos históricos, se puede proyectar la necesidad de incrementar los puntos o distribución según afluencia de vehículos.
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