La OEE (eficacia general del equipo) es una métrica de «mejores prácticas» que se utiliza para evaluar la eficiencia con la que se utiliza la operación de un fabricante. Permite identificar el porcentaje del tiempo de producción planificado que es verdaderamente productivo.
Esta fórmula, si se calcula e interpreta de manera correcta y precisa, puede maximizar significativamente tu producción. Midiendo el rendimiento y actuando en base a él, podemos solucionar problemas operacionales y obtener una mejora continua del proceso.
¿Cómo funciona la OEE?
La OEE sirve como punto de referencia para la producción, siendo 100% la puntuación que representa una producción perfecta. Es decir, que cumple con las siguientes condiciones:
- Fabricación exclusivamente de piezas de calidad.
- En un tiempo lo más reducido posible.
- Sin tiempo de parada o inactividad.
Para interpretar los valores estándar referentes a la OEE, existen una serie de ‘benchmarks’ generales que determinan el nivel de eficacia de la producción según su puntuación, aunque siempre serán subjetivos para cada fábrica. Estos son:
- 100%: Producción perfecta.
- 85%: Objetivo adecuado a largo plazo.
- 60%: Indica que existe un margen sustancial de mejora.
- 40%: Puntuación baja fácilmente mejorable.
¿De qué partes consiste?
El cálculo de OEE convierte las ‘6 grandes pérdidas’ de TPM (mantenimiento productivo total) en un número que representa la tasa de operación efectiva para una pieza de equipo o línea sincronizada. Las 6 fuentes de pérdida de eficacia están clasificadas en 3 categorías:
Disponibilidad (Tiempo de inactividad)
- Fallo del equipo (averías)
- Configuración y ajustes
Rendimiento (velocidad)
- Ralentí y paradas menores
- Velocidad de operación reducida
Calidad (Nº de defectos)
- Problemas como desperdicios o reparaciones
- Rendimiento reducido (desde el inicio hasta la producción estable)
¿Cómo calcular la OEE de producción?
Para calcular el porcentaje de OEE, primero debemos conocer la tasa de disponibilidad, la tasa de rendimiento y la tasa de calidad. Éstas se calculan de la siguiente forma:
Tasa de disponibilidad: porcentaje de tiempo que la máquina está lista para producir correctamente.
Tiempo disponible (tiempo de funcionamiento programado – tiempo de inactividad) / Tiempo de funcionamiento programado.
Tasa de rendimiento: relación de la producción producida en comparación con un estándar (para el estándar, utilizar la mejor tasa de salida conocida).
Salida real / Salida estándar.
Índice de calidad: relación de buena producción en comparación con la producción real).
Salida correcta a la primera / Salida real.
Una vez tengamos estos tres valores, podemos proceder al cálculo de OEE:
OEE (%) = Tasa de disponibilidad × Tasa de rendimiento × Tasa de calidad
¿En qué beneficia la OEE a las empresas?
Los beneficios que te proporcionará una métrica significativa y precisa se resumen en tres grandes bloques:
- Identificar pérdidas: maximiza la productividad de la fuerza laboral al poder entender problemas, debilidades de producción o cuellos de botella, cómo el por qué se experimentan tiempos de inactividad o por qué los niveles de desperdicio están por encima del estándar.
- Evaluar el progreso: esta información permite visualizar los problemas de producción en lugar de tener que depender de una estimación. Además, ayuda a comprender el rendimiento real del equipo al destacar las mayores fuentes de pérdida de productividad en un solo porcentaje.
- Mejorar la productividad de los equipos de fabricación (y eliminar el desperdicio): maximiza el Retorno de la inversión (ROI) para equipos al reasignar recursos de forma adecuada y anticipar posibles fallos de la maquinaria. Esto conlleva un aumento también en la competitividad del sistema de fabricación.
Una vara de medir la producción
La OEE es una métrica de mejora que reúne mucha información valiosa en un solo porcentaje, pero debe ejecutarse y ser interpretada de forma precisa para que tenga un sentido.
El valor crítico de OEE es que ayuda a comprender y analizar las 6 grandes pérdidas, pero no debe utilizarse como un KPI, si no como una forma de análisis para entender cuestiones decisivas de la producción, como si existe capacidad adicional para soportar cambios en la demanda.
OEE es único para cada equipo de producción individual. No existe un valor absoluto que funcione como punto de referencia, sino que la medida real es la velocidad a la que mejora. Es por eso que los directivos deben asignar metas factibles, en tiempo real, fáciles de interpretar y que sean motivacionales para los trabajadores.
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